Después de tantas décadas viendo rostros emocionados partir y regresar, de sentir el abrazo de despedida y la alegría del reencuentro, ha llegado mi hora de descansar. Desde aquel primer vuelo hasta los últimos pasos de quienes atravesaron mis pasillos, he sido testigo de innumerables historias: sueños que despegan, amores que vuelven, destinos que cambian.
Hoy, me retiro con gratitud. A quienes alguna vez miraron por mis ventanales buscando el horizonte, a quienes me confiaron sus viajes y emociones, les dejo mi recuerdo. El nuevo aeropuerto tomará la posta, con más grandeza y modernidad, pero mi esencia vivirá en cada despegue y cada aterrizaje que aún conecte a Perú con el mundo.
Gracias por permitirme ser parte de su historia. Ahora, cierro mis puertas, pero siempre quedará un poco de mí en cada viajero que pasó por aquí. Buen viaje, a todos ✈️ |